Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria (IAAS) suponen una tremenda carga de enfermedad y tienen un importante impacto económico en los pacientes y los sistemas sanitarios de todo el mundo. Pero una buena higiene o la sencilla tarea de limpiarse las manos en el momento apropiado y de manera adecuada, puede salvar vidas.
Cuando vivimos en países donde la curación es más importante que la prevención , tenemos que tener la cultura de invertir este binomio, pues tanto a nivel hospitalario como en el hogar, la cultura de la higiene y un buen lavado de las manos debe ser promovido cada vez más.
Las infecciones que se adquieren a través de alimentos contaminados o manos sucias, son unas de las principales infecciones que más afectan la población pediátrica (diarreas). Por esta razón se debe insistir con los padres en la importancia de tener buena higiene al preparar los alimentos y enseñar a los niños a lavarse las manos antes de comer, así como antes y después de ir al baño, más aun si estos tienen otro problema de salud que amerite de cuidados especiales.
En el ambiente hospitalario hay muchas razones por las cuales debemos tener en cuenta las medidas estándares de precaución para el control de infecciones, ya que este es un espacio ecológico de microbios donde fácilmente pueden ser transmitidos al paciente a través de las manos u otras fuentes, por tanto la higiene de manos se convierte en una de las medidas precaución más importante, puede evitar infecciones más severas, menos estadía hospitalaria, menos gastos en antibióticos de amplio espectro y puede evitar incluso muerte.
Si la familia o el cuidador tienen síntomas de infección respiratoria, como podría ser la gripe, debe tomar la precaución de cubrirse la boca y también lavarse las manos para disminuir la posibilidad de que pueda transmitir otro proceso a su hijo y empeorar su condición.
En resumen, vamos a movernos hacia la cultura de prevención más que la curación.
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